La intuición es el siguiente escalón evolutivo en la percepción humana, y será en unos siglos la forma de ver la realidad de la mayoría de las personas.
No hablamos simplemente de un conocimiento inconsciente o emocional que nos ayude a tomar decisiones en nuestra vida, como algunas investigaciones la definen tratando de cuantificarla, sino que hablamos del mecanismo fisiológico humano de acceso a la realidad: una nueva forma de percibir, más completa, más verdadera y más exacta.
La intuición se deriva de la voluntad dirigida, y es fruto del amor
El mecanismo que hay tras esta futura forma de percibir el mundo es que la energía de la sexualidad ―o energía de creación― se transforma en voluntad al ser dirigida conscientemente, y es sublimada desde tan tien inferior elevándose al centro cardíaco y transmutándose en energía de la sabiduría del amor, en tan tien medio (el centro del corazón).
Esta energía a su vez, cuando fluye y se moviliza de forma correcta, se eleva y sigue sutilizándose hasta transmutarse en energía de conocimiento puro, la energía de la verdad una, en tan tien superior (el centro entre las cejas).
La vibración del conocimiento puro, en la activación de este centro energético, es lo que llamamos intuición, o al menos la intuición es el resultado del comienzo de la activación real de ese centro energético superior humano.
Una vez activo, trabaja en sintonía con el amor y la sabiduría del amor, todo ello impulsado y sostenido por la energía de la voluntad. Pero la vibración de la verdad pura es la más sutil y elevada de todas.
EL CONOCIMIENTO ES AL AMOR, COMO LA LUZ A LA BOMBILLA
La sabiduría cálida del amor, en el centro cardíaco, irradia su luz y sublima su energía, haciéndola vibrar en la frecuencia del conocimiento puro. Es el amor, por tanto, el precursor y el soporte de ese conocimiento verdadero y sin distorsión, sin mancha. Una vez alcanzado este conocimiento, trabajará al servicio del amor que lo engendró, haciendo que esa primordial sabiduría amorosa se torne también sabiduría consciente, inmanente al ser que ha alcanzado tal estado: el estado donde ya no hay más dudas, ni más preguntas.
La eliminación del Karma acumulado tiene mucho que ver con la intuición
Hay un olvido inherente al karma: mientras haya karma, hay olvido en la carne, dificultando el recuerdo de lo que uno es y ha sido.
Tiene que ser así para poder saldar esa deuda kármica. Solo cuando uno está empezando a eliminar ese karma acumulado es que ese olvido se diluye, y es ahí cuando empieza el recuerdo verdadero y la intuición: empieza la activación de tan tien superior, el centro entre las cejas.
Que esta intuición vaya a ser el próximo escalón evolutivo del ser humano se sustenta en el inevitable centrado de la voluntad (o la extinción por entrega al bajo deseo), el reconocimiento del amor y su sabiduría inherente, y la capacidad cerebral asociada a la activación de tan tien superior, que se manifiesta en la capacidad de recibir y procesar las señales de las energías sutiles y comprenderlas de forma natural, exactamente igual a como ahora vemos la forma física sin esfuerzo.
Así como de alguna forma unas pocas personas en el mundo ya comienzan a percibir a través de su intuición, integrando en su visión del mundo la información de planos y vibraciones sutiles, en el futuro así será para todos.

Deja una respuesta