¡Namasté, seres sutiles del mundo!
Pues sí, tu cuerpo es perfecto: es la expresión perfecta de ti mismo. Y si no estás de acuerdo, probablemente es que todavía hay algo sobre lo que necesitas tomar conciencia.
El cuerpo físico es una consecuencia, no un origen
Nuestro cuerpo físico es el resultado final (o mejor dicho, más denso) de la manifestación de nuestra Alma. Es el vehículo del Alma. Te preguntarás por qué entonces, si el alma es tan perfecta, maravillosa y superguay, nuestros cuerpos a veces fallan, enferman, engordan, o son tan imperfectos. ¿Es que mi Alma es imperfecta? ¿Es que mi Alma se enferma?
No. En esencia, el Alma de cada ser sí es perfecta, y lo que hace es crear el vehículo físico que mejor le vaya a servir para experimentar aquello que quiere experimentar en cada encarnación.
Por ello hay ciertas características de tu cuerpo que son verdaderamente innatas, que han sido dispuestas ahí por tu propia Alma y por tu Karma para llevar a cabo de la manera más eficaz la tarea que tienes programada para esta vida. Por ejemplo, si el aprendizaje que tu Alma quiere experimentar en esta vida tiene que ver con desarrollar la visión interna, o con aprender a valorar la experiencia sensorial de los demás sentidos físicos, quizá nazcas ciego, porque esa característica te ayudará para ese propósito concreto. Este es solo un ejemplo, pero lo que quiero decir es que hay ciertas cualidades de tu cuerpo que responden a un motivo superior. Estas cualidades no se van a poder cambiar tan fácilmente, ni tampoco vamos a buscar cambiarlas, pues de alguna manera nos sirven.
El propósito de tu Alma y tu estado evolutivo determinan ciertas características de tu cuerpo
Pero vamos a hablar de esas otras características de tu cuerpo que no son innatas ni están dispuestas por tu Alma, sino por tu Personalidad, es decir: aquellas características de tu cuerpo que son el resultado de tu interacción en este mundo.
Nuestro cuerpo físico es como un grandísimo disco duro. Cada interacción, cada experiencia vivida deja una memoria en ese disco. Es una huella química y energética que afecta la forma en la que funciona nuestro organismo. Es decir, que lo que vives, y sobre todo cómo lo vives, literalmente cambia tu cuerpo.
Tu cuerpo expresa tu mente inconsciente
El mecanismo energético detrás de esta interacción es obvio: la vibración de tus pensamientos, tus palabras y tus acciones influye en la vibración de tu cuerpo etérico, que es la base vital de tu cuerpo físico.
Pero el mecanismo físico detrás de esta interacción no es menos sencillo: ante una situación cualquiera, lo que hago es juzgar si esa situación es buena o mala en función de lo que mi mente ha conocido o conoce. Este juicio automático me hará sentir bien o mal ante esa situación, y esa emoción activará determinados mecanismos hormonales y químicos en mi cuerpo que lo afectarán profundamente. ¡Y ya está! (muy resumido pero es así).
El Doctor Joe Dispenza explica muy bien este proceso y cómo durante toda nuestra vida hemos ido creando estos hábitos neuroquímicos en respuesta a nuestra forma de pensar y de sentir, que no solo determinan la salud y el funcionamiento de nuestro cuerpo, sino que además retroalimentan esa forma particular de pensar y de sentir que los originaron. Un círculo vicioso en toda regla, vaya.
Sin embargo, es hora de que sepas que pensar como pensamos y sentir como sentimos es solamente un hábito más, una inercia, y como toda inercia supone limitar y condicionar nuestra mente y por lo tanto nuestro cuerpo.
Para cambiar nuestro cuerpo, primero hay que cambiar nuestra mente
Si todavía crees que tu cuerpo no es perfecto en sí mismo, si quieres tener TU cuerpo perfecto, tienes que romper ya mismo con tus hábitos mentales y emocionales.
¿Y esto cómo carallo se hace?
ATENCIÓN que vienen curvas: Si el funcionamiento de mi cuerpo es el resultado de la química de mi cuerpo, que es el resultado de lo que siento, que es el resultado de lo que pienso, que es el resultado de lo que conozco, entonces la clave para cambiar mi cuerpo está en………….. EL CONOCIMIENTO (¡¡toma yaaaaaaaaaaa!!)
Tu postura, tus dolores y tus achaques, la enfermedad o incluso esa propensión excesiva a engordar o adelgazar son el resultado en última instancia de lo que ha conocido esa mente tuya en esta vida tuya.
Comprender esto, saber esto, expandir tu conocimiento sobre esta realidad te permitirá trascender las respuestas automáticas de tu mente instintiva inconsciente, y comenzar a crear una respuesta consciente, más sana y más coherente con la perfección de tu Alma. Y este es el único secreto para tener UN CUERPO PERFECTO.
¿¿¿!!!PERO CÓMO LO HAGOOOOO!!!???
VALE, 2 CONSEJOS (que más que consejos son sine qua nons):
- Empieza por hacerte consciente de tus inercias mentales. Esto es muy fácil. Simplemente ante cada situación cotidiana concédete unos pocos segundos antes de reaccionar y antes de hablar. Párate y analiza lo primero que te pasa por la mente en esos 3 primeros segundos. Nada más que eso. Descubrirás con este sencillo tip un montón de inercias mentales y creencias limitantes que literalmente están manipulando tu vida y tu cuerpo.
- Por otra parte, la meditación, por supuesto y como siempre, es esencial para resetear ese campo de batalla que es tu vida, reconectarte con tu Alma y tu propósito, chequear que todo está OK y reanudar la partida con más vidas en el marcador y una dirección más clara. Sácate para ti por favor esos 5 o 10 minutos al día para meditar, ¡¡por el bien de toda la humanidad!! Por ti y por todos tus compañeros 😉
La materia tiene un punto de no retorno, de daño irreversible
Tengo que avisarte también de que en ocasiones la materia física puede verse tan profundamente dañada por la vibración de una emoción inarmónica muy intensa o mantenida durante largo tiempo, que puede llegar a perder su capacidad para recuperar su estructura y funcionamiento originales. Esto es como un huevo frito: una vez que lo fríes no puedes desfreirlo más. Incluso aunque hayamos superado ya el estado emocional y la inercia mental que generó el problema, hay consecuencias físicas que son irreversibles.
Por ello es tan importante que atendamos bien cada día a los mensajes que nos da nuestro cuerpo. ¡Escucha a tu cuerpo! Podemos utilizar toda esa información, simplemente observando nuestro cuerpo, para hacernos conscientes de qué estamos creando de forma inconsciente, y reflexionar sobre qué queremos crear en realidad. Fíate de tu cuerpo, porque tu mente te puede estar engañando, pero tu cuerpo jamás lo hará.
¡Y listo por hoy! Surfea por nuestro Vlog para encontrar más prácticas y meditaciones que te ayudarán a comprender que tu cuerpo ya es perfecto, solo que todavía no lo sabes.
Namaste, ser sutil. Y muchas gracias por escoger estar consciente.
Deja una respuesta